La comunidad masái comprende aproximadamente un millón y medio de personas. Viven del pastoreo y apenas disponen de dinero y bienes materiales. La riqueza la valoran en función de las cabezas de ganado que posee cada familia de manera que los niños, desde muy pequeños, dedican la jornada a vigilar el ganado. Para sobrevivir se alimentan básicamente de la leche o sus derivados y de vez en cuando enriquecen su dieta con carne de cabra y sangre de animales. Por esa razón los “Lchekuti” o niños pastores no acuden a la escuela. La mayoría son analfabetos y difícilmente pueden cambiar esa condición para competir con otras etnias que sí tienen acceso a la enseñanza. Un reportaje realizado con el apoyo de África Digna, que se esfuerza por cambiar esa realidad.
Nacido en Barcelona y premiado con numerosos galardones nacionales e internacionales como el Humanity Photo Award de la Unesco en tres ocasiones y el Premio Canon-Europa de la OMS. Posee cinco distinciones Fotopres...
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